Ya tenemos el Programa de Orientación actualizado del curso 2012-13 para alumnos y padres en la página de inicio del Instituto, lo podeis descargar e instalar en vuestros ordenadores.
Además os dejamos la dirección de internet donde se encuentra el Blog de Orientación de este programa.
Animaos a utilizarlo.
Sistema de extinción de incendios en campanas extractoras
Extintores co2 2 kg
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¿Te acuerdas de esa clase incómoda en la adolescencia donde te hablaban de "los peligros de las drogas"? Lo más probable es que la información fuera escasa, generando más confusión que claridad. Pues bien, algo parecido ocurre con las cachimbas en las escuelas. Un tema tabú que, por miedo a fomentar el consumo, se deja de lado. Pero, ¿qué pasaría si te dijéramos que la educación es la mejor herramienta para prevenir y abordar este asunto de forma responsable?
Empecemos por reconocerlo: las cachimbas existen. Son un fenómeno social que despierta curiosidad, sobre todo entre los adolescentes. Negar su presencia o evitar el tema solo alimenta la desinformación y el consumo a ciegas. Piénsalo así: ¿no te sentirías más seguro/a caminando por un barrio desconocido si supieras dónde están las alcantarillas abiertas?
Mitos y realidades:
Muchas veces, el silencio en torno a las cachimbas se sustenta en mitos e ideas preconcebidas. Por ejemplo, se cree que hablar del tema fomenta el consumo. ¡Para nada! La educación previene. Al dotar a los jóvenes de información veraz sobre las cachimbas, sus componentes, riesgos y efectos, se les da la oportunidad de tomar decisiones informadas.
Otro mito común es que las cachimbas son inofensivas porque "no se traga el humo". ¡Error! Las sustancias empleadas en las cachimbas, como el tabaco o ciertos sabores, se inhalan y pueden generar daños a la salud a corto y largo plazo.
Prohibir las cachimbas dentro del recinto escolar puede parecer la solución más fácil. Sin embargo, esta medida suele ser ineficaz. Los jóvenes acceden a la información y las cachimbas por fuera del colegio. La clave está en incorporar la educación sobre su consumo dentro del programa escolar.
¿Cómo? Aquí te van algunas ideas:
Charlas informativas: Invitar a expertos en salud y consumo para que brinden información clara y objetiva sobre las cachimbas.
Talleres interactivos: Desarrollar talleres donde los jóvenes puedan conocer los componentes de las shishas, sus riesgos para la salud y alternativas saludables de ocio.
Líneas de atención confidencial: Crear canales seguros para que los estudiantes puedan preguntar dudas o expresar inquietudes relacionadas con el consumo de cachimbas.
Más allá de la información:
La educación sobre cachimbas debe ir más allá de lo meramente informativo. Se trata de fomentar un diálogo abierto y respetuoso, donde los jóvenes se sientan escuchados y puedan expresar sus inquietudes sin miedo al juicio.
La educación sobre cachimbas baratas no es solo responsabilidad de la escuela. Padres, madres y profesores juegan un papel fundamental en este proceso.
Para los padres:
Comunicación abierta: Mantén una comunicación abierta y sin prejuicios con tus hijos/as. Crea un espacio donde puedan hablar sobre las cachimbas y sus dudas.
Infórmate: No te quedes atrás. Investiga sobre las cachimbas para poder responder a las preguntas de tus hijos/as con información veraz.
Sé un ejemplo: Predica con el ejemplo. Si fumas o consumes otras sustancias, tus hijos/as lo verán como algo normal.
Para los profesores:
Capacitación: Busca oportunidades de capacitación sobre consumo de sustancias y estrategias de educación preventiva.
Detección temprana: Observa las señales que puedan indicar un posible consumo de cachimbas en tus alumnos/as.
Derivación: Si detectas un caso de consumo, deriva al alumno/a a los profesionales de la salud correspondientes.
Hablar de cachimbas en las escuelas no fomenta el consumo, lo previene. La educación es la herramienta más poderosa para que los jóvenes tomen decisiones informadas y cuiden su salud. Trabajando en conjunto, padres, profesores y escuelas pueden romper el silencio y construir un entorno educativo que promueva la salud y el bienestar de los adolescentes.
Las cocinas escolares son un hervidero de actividad culinaria. Se preparan a diario cientos de menús para alimentar a los más pequeños, lo que genera olores, vaho y, por supuesto, la necesidad de una ventilación adecuada. Aquí es donde entra en juego la gran duda: ¿son las campanas extractoras industriales las aliadas perfectas para estas cocinas?
La respuesta, como dirían los grandes chefs, depende. Profundicemos en este dilema con un toque de humor y conozcamos las ventajas e inconvenientes de estas imponentes máquinas en el mundo escolar.
Las campanas industriales son conocidas por su gran capacidad de extracción. Imagínese decenas de ollas burbujeando al mismo tiempo. ¡Una campana industrial se encargará de eliminar eficazmente el humo, la grasa y los olores de la cocción! Además, suelen ser duraderas y resistentes, capaces de soportar el ritmo frenético de una cocina escolar.
Pero aquí viene el primer ingrediente que puede estropear la receta: el ruido. Las campanas industriales pueden generar un estruendo considerable, que podría rivalizar con la algarabía del recreo. Imagine a los niños tratando de concentrarse durante la clase de matemáticas mientras un potente extractor zumba en el fondo. ¡No es la mejor receta para el aprendizaje!
Otro factor importante a tener en cuenta es la seguridad. Las campanas industriales suelen ser voluminosas y tener partes móviles. En un entorno con niños pequeños, la seguridad es primordial. Se debe garantizar que la campana esté instalada correctamente y fuera del alcance de los estudiantes para evitar accidentes.
Las campanas extractoras industriales, aunque potentes, no son la única solución para las cocinas escolares. Un sistema de ventilación integral que combine diferentes elementos es a menudo la mejor opción. Pensemos en:
Campanas de extracción de menor tamaño: Existen campanas extractoras diseñadas específicamente para cocinas comerciales más pequeñas, que ofrecen una buena capacidad de extracción sin el ensordecedor ruido.
Sistemas de ventilación por zonas: Instalar campanas extractoras más pequeñas sobre áreas de cocción específicas, como hornos o freidoras, puede ser una estrategia eficaz para abordar los focos de olores y vaho.
Renovación de aire: Un sistema de renovación de aire adecuado es fundamental para garantizar una buena calidad del aire interior en la cocina.
Las campanas industriales suelen tener un costo de instalación y mantenimiento más elevado que las opciones más pequeñas. Además, el consumo energético puede ser mayor. Es importante valorar el presupuesto disponible y analizar las opciones más rentables a largo plazo.
Las cocinas escolares no son solo lugares de trabajo, sino también espacios educativos. ¿Por qué no aprovechar la ventilación para enseñar a los niños sobre la importancia de un aire limpio y saludable? Se pueden instalar paneles informativos o realizar visitas guiadas para explicar el funcionamiento del sistema de ventilación.
Entonces, ¿cuál es la campana industrial ideal para una cocina escolar? La respuesta no es blanco o negro. La mejor opción dependerá de varios factores como el tamaño de la cocina, el tipo de cocción habitual, el presupuesto disponible y la prioridad que se le dé al ruido.
Un sistema de ventilación integral que combine diferentes elementos, como campanas extractoras de menor tamaño, ventilación por zonas y renovación de aire, suele ser la estrategia más acertada. No dude en consultar a un profesional en ventilación para diseñar un sistema que se adapte a las necesidades específicas de su cocina escolar.
En el ámbito empresarial y comercial, la licencia de actividad es un requisito fundamental para desarrollar cualquier tipo de negocio de forma legal. Este permiso, otorgado por la administración competente, acredita que un local o establecimiento cumple con las condiciones técnicas, urbanísticas, medioambientales y de seguridad exigidas por la ley para ejercer una actividad determinada.
En este artículo, explicaremos con detalle los diferentes tipos de licencias, el proceso para solicitarlas, los requisitos esenciales y las consecuencias legales de no contar con ella.
La licencia de actividad es un documento administrativo que autoriza la apertura y funcionamiento de un local destinado a una actividad económica, industrial, comercial o de servicios. Este permiso es obligatorio para garantizar que la actividad cumple con las normativas de seguridad, salubridad, accesibilidad, impacto ambiental y compatibilidad urbanística.
Dependiendo de la naturaleza del negocio, pueden existir dos tipos principales:
Licencia de actividad inocua: Para negocios que no generan molestias significativas, como oficinas, tiendas de ropa o academias.
Licencia de actividad calificada: Para actividades con impacto ambiental, acústico o de seguridad más alto, como bares, talleres o fábricas.
La obtención de esta licencia no solo evita sanciones, sino que ofrece seguridad jurídica al titular del negocio y genera confianza entre clientes y proveedores.
El trámite para obtener una licencia de actividad varía según la localidad y el tipo de actividad, pero generalmente incluye:
Solicitud formal en el ayuntamiento o entidad autorizada.
Proyecto técnico elaborado por un profesional colegiado, que incluya memoria descriptiva, planos y cumplimiento de normativas.
Certificados y autorizaciones complementarias, como protección contra incendios, accesibilidad o impacto ambiental.
Pago de tasas administrativas, que varían según el municipio.
Inspección del local por parte de técnicos municipales antes de la autorización definitiva.
Es importante destacar que, en algunas ciudades, existen procedimientos simplificados para actividades inocuas mediante la figura de la declaración responsable.
No contar con la licencia de actividad es una infracción grave que puede acarrear sanciones económicas significativas. Las administraciones municipales pueden imponer multas que, dependiendo de la normativa local, oscilan entre 3.000 y 30.000 euros, además de ordenar el cierre inmediato del establecimiento.
Además de la multa, la falta de este permiso puede generar:
Inhabilitación temporal para desarrollar la actividad.
Costes adicionales por legalizar obras o instalaciones no autorizadas.
Responsabilidad civil o penal en caso de accidentes o daños a terceros.
La sanción no solo implica un desembolso económico, sino también la pérdida de tiempo y reputación empresarial, por lo que tramitar la licencia antes de iniciar cualquier actividad es esencial.
Cada municipio regula la licencia de actividad de forma específica, pero la clasificación habitual es la siguiente:
Licencias para actividades inocuas: Destinadas a negocios que no generan ruidos, residuos peligrosos o riesgos significativos.
Licencias para actividades calificadas: Obligatoria para negocios con riesgo potencial para el medio ambiente o la salud pública.
Licencias provisionales: Permiten iniciar la actividad mientras se completan determinadas adaptaciones o requisitos.
Licencias de obra vinculadas: Necesarias si se realizan reformas para adaptar el local a la actividad prevista.
Es recomendable contar con un asesor especializado que guíe todo el proceso para garantizar que se cumplen todos los requisitos técnicos y legales.
En algunos casos, es posible compatibilizar el uso residencial con una actividad profesional o comercial, siempre que se cumplan ciertas condiciones:
Licencia de oficina en el hogar: Permitida hasta un tercio de la superficie total de la vivienda.
Licencia de taller en casa: También limitada a un tercio del espacio habitable.
División del inmueble: Separando físicamente la zona de vivienda y el espacio de trabajo, con accesos independientes desde la vía pública.
En todos los casos, tanto la parte residencial como la comercial deben cumplir con las normativas de seguridad contra incendios, accesibilidad y salubridad.
Además de la multa por no tener licencia de actividad, las autoridades pueden imponer sanciones accesorias, como:
Suspensión de la actividad hasta regularizar la situación.
Demolición de obras ilegales realizadas sin autorización.
Responsabilidad solidaria en caso de que el local sea traspasado con irregularidades.
En caso de compraventa de un local, el nuevo propietario asume las responsabilidades legales sobre cualquier irregularidad urbanística o falta de licencias, por lo que es imprescindible verificar la documentación antes de formalizar la operación.
En determinadas localidades, antes de otorgar la licencia de actividad es necesario obtener un Certificado de Conformidad, emitido por la entidad competente. Este documento acredita que el proyecto cumple con la normativa vigente y que es viable desde el punto de vista urbanístico y técnico.
En algunos procedimientos, este certificado puede sustituir a la licencia en actividades de comunicación previa, aunque lo más habitual es que sea un requisito adicional antes de la autorización definitiva.
Contar con una licencia de actividad no es solo una obligación legal, sino una garantía de que tu negocio opera dentro de los estándares exigidos en materia de seguridad, accesibilidad y sostenibilidad.
Ignorar este requisito puede conllevar sanciones graves, cierres y pérdida de inversión, por lo que lo más recomendable es iniciar el trámite antes de poner en marcha la actividad.
Cumplir con la normativa desde el principio evita la multa por no tener licencia de actividad, protege tu inversión y te permite centrarte en el crecimiento de tu negocio con tranquilidad.